Croquetas de jamón serrano: receta fácil y deliciosa. Prepara estas crujientes y cremosas croquetas caseras con jamón de calidad.
Las croquetas de jamón serrano son un clásico de la gastronomía española, perfectas para cualquier ocasión. Su textura cremosa por dentro y crujiente por fuera, combinada con el sabor intenso del jamón, las convierte en una opción irresistible para tapear o como entrante. Estoy encantada de compartir contigo esta receta que he perfeccionado para Hazdone.com.
Puntos clave
- Ingredientes de calidad para un sabor auténtico.
- Elaboración de una bechamel perfecta.
- Técnica de formado y rebozado.
- Consejos para la fritura ideal.
- Variaciones y sugerencias de presentación.
Estas croquetas de jamón serrano son la estrella de cualquier aperitivo. Sigue estos pasos para conseguir una bechamel sedosa y un exterior dorado, garantizando el disfrute de un sabor inconfundible.
Croquetas de Jamón Serrano: Una Receta Increíble
¿Por qué elegimos jamón serrano?
El jamón serrano, con su curación y su perfil de sabor único, aporta una profundidad y una calidad que elevan las croquetas a un nivel superior. Su intensidad, cuando se usa en su justa medida, complementa a la perfección la cremosidad de la bechamel.
La elección de un buen jamón serrano no es solo una cuestión de sabor, sino de la experiencia gastronómica completa. Es un ingrediente que, aunque puede tener un coste más elevado, justifica su precio por el resultado final inigualable. En Wikipedia se detalla su proceso, lo que nos ayuda a apreciar su valor.
El secreto de unas croquetas perfectas
El secreto reside en la armonía de texturas y sabores. Una bechamel sedosa, sin grumos y con el punto exacto de cocción, junto con un jamón serrano de calidad, son la base. A esto se suma una técnica de formado y rebozado que garantiza ese crujiente exterior tan deseado.
La paciencia en cada paso, desde la elaboración de la bechamel hasta el enfriamiento de la masa, es fundamental. Un buen resultado siempre está ligado a la dedicación y a la atención al detalle, algo que valoro enormemente en la cocina.
Ingredientes para Croquetas de Jamón Serrano
La base de una gran croqueta
Todo comienza con una bechamel bien elaborada. Los ingredientes básicos para esta son mantequilla, harina y leche. La proporción y la calidad de cada uno son esenciales para obtener esa textura suave y cremosa que tanto nos gusta.
La elección de una buena mantequilla sin sal y una leche entera garantizará una base de sabor más rica y una textura más agradable. No escatimar en estos elementos marca una gran diferencia.
Cantidades y calidad: la clave del éxito
Para unas 20-25 croquetas, necesitaremos aproximadamente 100 gramos de mantequilla, 100 gramos de harina de trigo, 750 ml de leche entera, 200 gramos de jamón serrano picado finamente, sal, pimienta negra recién molida y una pizca de nuez moscada. La calidad del jamón serrano es, sin duda, el factor que eleva el precio de los ingredientes, pero su valor se ve recompensado en el sabor final.
Es importante que el jamón sea de buena calidad, con un buen veteado y un aroma intenso. Esto asegurará que su sabor se integre maravillosamente en la masa de las croquetas.
¿Qué más necesitas?
Además de los ingredientes para la masa, requeriremos huevos para rebozar y pan rallado. Un aceite de oliva suave o girasol para freír, asegurando que esté bien caliente para obtener un exterior dorado y crujiente sin que la croqueta absorba demasiado aceite.
La elección del pan rallado también es importante; uno fino y de buena calidad proporcionará el crujiente ideal. Si buscas una opción más gourmet, puedes considerar un pan rallado panko para un extra de crocantez.
Preparación de la Bechamel Cremosa
Primeros pasos: derretir la mantequilla
En una cacerola a fuego medio, derrite la mantequilla. Una vez líquida, añade la harina de trigo.
Es importante que la mantequilla esté completamente derretida antes de añadir la harina para que se integren bien.
La incorporación de la harina: el roux
Con unas varillas, remueve constantemente la harina con la mantequilla hasta obtener una pasta homogénea, conocida como roux. Cocina esta mezcla durante un par de minutos, removiendo sin parar, para eliminar el sabor a crudo de la harina.
Este paso es crucial para evitar que la bechamel tenga un sabor harinoso, y para que la textura final sea lo más suave posible.
Añadir la leche: paciencia y constancia
Calienta la leche ligeramente (sin que llegue a hervir). Empieza a añadirla poco a poco al roux, batiendo enérgicamente con las varillas para evitar la formación de grumos. Continúa añadiendo leche gradualmente mientras sigues removiendo hasta que toda la leche esté incorporada y la mezcla empiece a espesar.
La clave aquí es la paciencia y el movimiento constante. Añadir la leche caliente y remover vigorosamente ayuda a que la emulsión se forme correctamente.
El punto de la bechamel perfecta
Cocina la bechamel a fuego bajo, removiendo continuamente, durante unos 10-15 minutos. Debe tener una consistencia espesa pero fluida, que cubra el dorso de una cuchara. Pruébala y ajusta de sal, pimienta y nuez moscada al gusto.
El punto exacto es cuando, al pasar el dedo por el dorso de la cuchara cubierta de bechamel, se forma un surco que tarda un poco en cerrarse. Este es el momento de retirarla del fuego.
Incorporando el Sabor del Jamón Serrano
El momento del jamón: liberando aroma
Una vez que la bechamel esté lista y en el fuego bajo, incorpora el jamón serrano picado finamente. Remueve bien para que el jamón se distribuya de manera uniforme por toda la masa.
El calor residual de la bechamel ayudará a que los aromas del jamón se liberen y se integren perfectamente en la masa.
Sazonando con maestría: sal, pimienta y nuez moscada
Antes de retirar la bechamel del fuego, prueba y ajusta la sazón. Añade sal (con cuidado, ya que el jamón ya aporta salinidad), pimienta negra recién molida y una pizca de nuez moscada. La nuez moscada, en pequeñas cantidades, realza los sabores de la bechamel.
Estos condimentos son esenciales para equilibrar los sabores y dar ese toque final que marca la diferencia en una croqueta casera.
Enfriamiento de la Masa: Paso Crucial
¿Por qué enfriar la masa?
La masa de croquetas necesita enfriarse para que adquiera la consistencia adecuada para ser moldeada. Si intentas formar las croquetas con la masa caliente, será pegajosa y difícil de manejar, resultando en formas irregulares.
Este reposo en frío es lo que solidifica la grasa de la mantequilla y la bechamel, permitiendo que se trabaje la masa con facilidad.
El tiempo de reposo ideal
Vierte la masa en una bandeja o fuente y cúbrela con papel film, asegurándote de que el film toque la superficie de la masa para evitar que se forme una costra. Refrigera durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche. La masa debe estar firme pero manejable.
Un enfriamiento prolongado asegura que la masa esté perfectamente firme, lo que facilitará enormemente el proceso de formado.
Formando las Croquetas de Jamón
Manipulación de la masa fría
Saca la masa fría de la nevera. Con la ayuda de dos cucharas o con las manos ligeramente humedecidas o enharinadas, toma porciones de masa y dales forma de cilindro o de bolita, según tu preferencia. Trabaja con rapidez para que la masa no se caliente en tus manos.
Si la masa se vuelve un poco blanda, puedes volver a refrigerarla unos minutos.
Tamaño y uniformidad: consejos prácticos
Intenta que todas las croquetas tengan un tamaño similar para asegurar una cocción uniforme. No las hagas demasiado grandes, ya que el centro podría quedar crudo si el exterior se dora demasiado rápido, o pueden romperse al freír.
La práctica hace al maestro. Al principio, puede que no todas salgan perfectas, pero la constancia te permitirá lograr uniformidad.

El Arte del Rebozado Perfecto
Preparando el huevo y el pan rallado
Prepara tres platos: uno con harina, otro con dos o tres huevos batidos y un tercero con pan rallado. Pasa cada croqueta primero por harina, sacudiendo el exceso, luego por huevo batido, asegurándote de que quede bien cubierta, y finalmente por pan rallado, presionando ligeramente para que se adhiera bien.
Este proceso de rebozado es lo que dará la capa crujiente exterior a nuestras croquetas.
Doble rebozado para mayor crujiente (opcional)
Si buscas un extra de crocantez y asegurarte de que no se abran al freír, puedes realizar un doble rebozado. Después del primer rebozado completo, vuelve a pasarlas por huevo batido y luego nuevamente por pan rallado.
Este segundo paso crea una capa más gruesa de cobertura, que resultará en una textura exterior aún más crujiente y una protección adicional.
Fritura de las Croquetas de Jamón Serrano
Calentando el aceite: temperatura ideal
Utiliza una buena cantidad de aceite en una sartén o freidora. El aceite debe estar caliente, pero no humeante. La temperatura ideal ronda los 170-180°C (340-350°F). Si no tienes termómetro, puedes probar echando un trocito de pan; si burbujea de inmediato y se dora rápidamente, está listo.
El uso de aceite vegetal de calidad es importante para no alterar el sabor de las croquetas.
Cocción dorada y uniforme
Fríe las croquetas en tandas pequeñas para no bajar la temperatura del aceite y para que no se peguen entre sí. Dales la vuelta con cuidado para que se doren de manera uniforme por todos lados. Estarán listas en unos 2-3 minutos, o hasta que alcancen un color dorado intenso.
Observa el color y la textura. Un dorado perfecto indica que están crujientes por fuera y cremosas por dentro.
Evitando que se abran al freír
Asegúrate de que el rebozado esté bien compacto y que la masa esté fría. Si el aceite está a la temperatura correcta y fríes en tandas pequeñas, las croquetas tendrán menos probabilidades de abrirse. Un doble rebozado también proporciona una capa más resistente.
Si alguna parece poco sellada, puedes presionarla suavemente antes de freírla.
Consejos para las Mejores Croquetas de Jamón
Variaciones en la masa
Aunque el jamón serrano es el protagonista, puedes experimentar. Prueba añadiendo un poco de cebolla pochada finamente picada a la bechamel antes de incorporar el jamón para un toque extra de sabor. También puedes añadir un poco de queso rallado fino para un matiz diferente.
La versatilidad de la base de bechamel permite infinitas combinaciones, haciendo de cada croqueta una nueva aventura culinaria.
Sugerencias de presentación y acompañamiento
Sirve las croquetas calientes, recién hechas, para disfrutar de su textura crujiente. Puedes presentarlas solas en una fuente, decoradas con un ramito de perejil fresco. Son perfectas como tapa, entrante o incluso como parte de un plato principal.
Unas hojas de lechuga fresca debajo pueden ayudar a absorber el exceso de aceite y añadir un toque de color. También combinan bien con una ligera mermelada de pimientos o tomate.
Conservación y congelación
Las croquetas se disfrutan mejor recién hechas, pero si te sobran, puedes conservarlas en la nevera una vez que se hayan enfriado por completo. Para freírlas, asegúrate de que estén bien frías y sácalas directamente del frigorífico al aceite caliente.
Para congelarlas, forma las croquetas y colócalas en una bandeja sin que se toquen, hasta que estén firmes. Luego, transfiérelas a bolsas de congelación. Fríelas directamente congeladas, sin descongelar, aumentando ligeramente el tiempo de cocción.
Información Nutricional Detallada
Aclaraciones sobre las porciones
La información nutricional puede variar significativamente según el tamaño de las croquetas, la cantidad de aceite absorbido durante la fritura y los ingredientes exactos utilizados. Una porción típica de 3-4 croquetas puede contener alrededor de 300-400 calorías, dependiendo de los factores mencionados.
Es importante recordar que las croquetas, aunque deliciosas, son un plato que debe disfrutarse con moderación dentro de una dieta equilibrada. Para obtener datos nutricionales precisos, se requeriría un análisis específico de la receta.
Preguntas Frecuentes sobre Croquetas de Jamón
¿Puedo usar otro tipo de jamón?
Sí, puedes. Si bien el jamón serrano aporta un sabor distintivo y de alta calidad, puedes usar otros tipos de jamón como el ibérico para un resultado aún más lujoso, o incluso jamón cocido de buena calidad si buscas una opción más económica.
Cada tipo de jamón aportará matices diferentes a tus croquetas, permitiendo una gran versatilidad.
¿Qué hago si la bechamel me queda con grumos?
Si la bechamel te queda con grumos, puedes intentar pasarlo por un colador fino o usar una batidora de mano para eliminar los grumos. A veces, un batido enérgico al añadir la leche es suficiente, pero si persisten, estos métodos son efectivos.
En algunos casos, el calor residual puede ayudar a deshacer pequeños grumos si se bate bien.
¿Cómo consigo que no se me peguen al freír?
Para evitar que las croquetas se peguen al freír, asegúrate de que el aceite esté bien caliente y de freír en tandas pequeñas. No sobrecargues la sartén. Un rebozado firme y una masa bien fría también ayudan a que no se rompan ni se peguen.
La clave está en mantener la temperatura del aceite constante y en manejar las croquetas con cuidado.
Espero que disfrutes mucho preparando y, sobre todo, degustando estas maravillosas croquetas de jamón serrano. ¡Son una auténtica delicia que vale la pena el esfuerzo! Puedes encontrar más recetas y consejos en el sitio de Hazdone.com, y seguirnos en nuestra cuenta oficial en Facebook.





